Desde hace algún tiempo, la evaluación educativa se ha convertido en un tema de gran relevancia social y científica (García, 2003; p. 226). Hablar de evaluación de los aprendizajes, significa determinar el grado de eficacia o eficiencia con los que se han alcanzado los objetivos planeados; de cierta manera se emite un juicio de valor (RIACES, 2007).
Cuando en educación a distancia se habla de evaluación del aprendizaje, el problema de la confianza es el primero que sale a relucir (Lozano, 2007; p. 378). Y esto es debido a que no existe un contacto visual (cara a cara) de quien envía o realiza las actividades y de quien las recibe; sin embargo es importante tener en cuenta que un modelo de educación a distancia tiene factores que pueden diferir de la tradicional educación presencial, es decir, cuando se realiza una evaluación bajo la modalidad presencial, se puede hacer bajo una conducta observable (Lozano, 2007; p. 379), pero cuando debe realizarse una evaluación bajo la modalidad de educación a distancia, deben tenerse encuentra factores como la confianza y el aprovechamiento de los sistemas tecnológicos para crear condiciones que permitan generar propuestas de evaluación.
Desde una perspectiva docente, la selección de las formas de evaluar está relacionada con el diseño del curso mismo y de la manera en que es posible implementar los sistemas de evaluación (Lozano, 2007; p. 407); así como conocer los alcances y limitaciones que ofrecen hoy en día las tecnologías de información y comunicación (TIC).
Para la selección de tecnologías, podemos partir de la clasificación propuesta por Bates (2003) “Tecnología sincrónica; aquella que requiere que los estudiantes participen en tiempo real. Tecnología asincrónica, permite a los participantes acceder en cualquier momento de su elección” (p. 54). Tomando en cuenta esta clasificación, podemos definir qué actividad evaluadora nos permitirá conocer si los objetivos fueron alcanzados y en qué grado. Por ejemplo; la participación en una sesión de videoconferencia, sería una actividad de tipo sincrónica, donde el estudiante tendría que interactuar con su profesor y sus compañeros en una hora específica. Sin embargo, el modelo de educación a distancia se distingue por ser flexible, y una sesión de videconferencia estaría contrariando esa característica.
Por otro lado, la participación en foros de discusión, sería una opción asíncrona, donde el participante tendría la facilidad de interactuar en el tiempo que él destine pertinente. Para este tipo de actividad, deben considerarse ciertos parámetros de evaluación como la cantidad y la calidad de las participaciones (Gunawardena en Lozano, 2007).
Todas las herramientas disponibles en las plataformas tecnológicas, pueden servir como herramientas de evaluación, siempre y cuando el profesor y diseñador del curso tenga claro cómo aplicarlas; sin embargo es importante dejar en claro, que más adelante y con la fuerza que está adquiriendo la educación a distancia gracias a las TIC, se necesitaran más y mejores métodos de evaluación “on line”.
Otro de los elementos importantes en el proceso de evaluación y en general el proceso de aprendizaje de cursos en línea, es el profesor, asesor, facilitador, instructor o tutor; cuya actividad consiste en acompañar, monitorear, dar seguimiento, ser guía y retroalimentar a los estudiantes (Lozano, 2007; p. 422).
Existe una gran diferencia entre ser un profesor o tutor de cursos en línea, que ser un profesor de ambiente presencial. El segundo, en muchas ocasiones se convierte en el poseedor de conocimiento y sus estudiantes en receptores de lo que lo que expone; mientras que el primero debe lograr en el estudiante un nivel de confianza y seguridad ante el reto que implica la educación a distancia; así como asesorar, motivar, instruir, comunicar y retroalimentar a los estudiantes (Lozano, 2007; p. 430).
Según Lozano (2007) podríamos definir la gran meta del tutor on line en “lograr que se cumplan los objetivos de aprendizaje del curso y que el alumno se sienta satisfecho con éste y con la calidad y calidez en el seguimiento y retroalimentación brindada a lo largo de la asignatura en cuestión” (p. 442)
Referencias
Bates, A. (2003). Effective Taaching with Technology in Higher Eudcation. Hadconver. USA. Foundations for Success.
García, A. (2003). Tecnología Educativa: Implicaciones educativas del desarrollo tecnológico. Madrid España: Editorial La Muralla
Lozano, A. y Burgos, J. (2007). Tecnología educativa en el modelo de educación a distancia centrado en la persona. México: Limusa
RIACES (2007) Red Iberoamericana para la Acreditación de la Calidad de la Educación Superior. Recuperado el 2 de marzo de 2007 de http://www.riaces.net/glosarioe.html
2 comentarios:
Hola Toño!
Sin duda, nosotros tenemos un papel muy importante en esta nueva sociedad del conocimiento. Conociendo el rol del docente ante un grupo de alumnos, debemos de conocer ciertos criterios para poder hacer participes de cursos en línea y como elaborarlos.
Saludos y fue un gusto trabajar contigo en este semestre.
Miriam
Hola Toño:
Antes que nada, me encantó tu blog, los videos y tu súper cinEspacio. Creo que veré varias películas que parecen interesantes!!. Gracias!!
Respecto a la síntesis, muy buena, manejas elementos muy interesantes, como la diferencia entre un profesor en el nivel presencial y un profesor en los sistemas a distancia.
Estoy de acuerdo en que la labor del profesor tutor en línea debe ser de guía y lograr que el alumno se sienta en confianza para estudiar bajo esta modalidad.
Me ha dado mucho gusto trabajar contigo!! espero se repita!!
Ana María
Publicar un comentario